Los seres humanos construimos sobre nosotros mismos, sobre los otros y sobre los hechos explicaciones que, si bien no siempre tienen base científica, determinan las prácticas que regulan nuestras conductas. En relación al consumo de sustancias, se podría decir que las representaciones, de los jóvenes en particular y de la sociedad en general, influyen en la decisión y/o mantenimiento del consumo de sustancias.
Vivimos en una cultura que promueve el abuso de sustancias legales o ilegales. La tragedia de Costa Salguero (donde hasta hoy han muerto 5 jóvenes, 5 se encuentran aún internados y muchos más recibieron asistencia en el lugar) pone sobre la mesa mediática una situación que se agrava día tras día. Aquellos que trabajamos con pacientes con abuso problemático lo vemos a diario en nuestros consultorios.´
Mucho se dice y se escribe, sobre todo en relación a la legalización o a la prohibición de las sustancias, siendo este un tema que atañe a lo jurídico. Como agente de salud, considero que el abuso de sustancias (incluyendo por supuesto a las drogas legales como el alcohol) es ante todo un problema de salud. Los organismos internacionales informan que en el mundo existen 264 millones de usuarios de drogas ilícitas, que 30 millones tienen un consumo problemático, y que solamente una de cada seis personas que padecen un abuso problemático de sustancias tiene acceso a un tratamiento.
Por otro lado, los programas de prevención son prácticamente inexistentes. Debemos hablar con seriedad sobre el problema que el consumo de sustancias trae en la vida de las personas. Tenemos que poder incorporarlo a la educación y como adultos admitir que muchos adolescentes y jóvenes son usuarios de drogas y que muchos padres también lo son.
Si bien todavía no se ha podido confirmar, se cree que la muerte de estos jóvenes fue provocada por una nueva droga que está ingresando en el mercado argentino, y que ha causado muchas muertes en Europa, conocida como “Superman”. Sin embargo, ya en 2005 las cifras ascendían a 87 casos de muerte anuales reportadas por consumo de éxtasis.
El MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina), comúnmente conocida como éxtasis, es una droga sintética psicoactiva, cuyos efectos son sobre todo estimulantes y alucinógenos. El éxtasis se consume por vía oral, generalmente en forma de cápsulas o pastillas. Sus efectos duran aproximadamente entre 3 a 6 horas, aunque no es raro que los usuarios repitan la dosis cuando los efectos de la primera dosis comienzan a disiparse.
La sintomatología asociada se podría agrupar en tres ítems:
Efectos entactógenos: induce un estado altamente empático, elevando la excitación sexual, la confianza, la habilidad social y cierta sensación de cercanía emocional con los otros.
Efectos simpaticomiméticos: aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, tensión muscular, nauseas, visión borrosa, mareos, escalofríos o sudoración. En dosis altas puede alterar la capacidad del organismo de regular la temperatura (hipertermia) que puede causar insuficiencia del hígado, de los riñones o del sistema cardiovascular, o incluso la muerte.
Efectos de tipo alucinatorio: alteraciones en la percepción visual, temporal y táctil.
El MDMA puede interferir con su propio metabolismo, haciendo que se acumulen concentraciones potencialmente peligrosas de la droga en el cuerpo si se toma repetidamente durante un período corto de tiempo. Días después del consumo los usuarios pueden presentar secuelas negativas, tales como: confusión, amnesia parcial, depresión, ansiedad, problemas para dormir y fatiga.
Agravando los riesgos de la droga, está el hecho de que las pastillas de éxtasis muchas veces contienen otras drogas además del MDMA, tales como: cocaína, efedrina, cafeína, ketamina, etc.
Además de los efectos asociados directamente a la sustancia, se asocian otras consecuencias indeseables, relacionadas con el estado en el que se encuentran los usuarios, como: accidentes de tránsito, prácticas sexuales arriesgadas, que pueden generar embarazos o riesgo de contraer o transmitir enfermedades de transmisión sexual. (Abuse, 2013)
Las problemáticas relacionadas con el abuso de sustancias requieren de abordajes múltiples, de personal capacitado y sobre todo del diseño de estrategias preventivas, tendientes a disminuir los factores de riesgo y maximizar los factores de protección.
Como sociedad estamos “obligados” a ampliar nuestra mirada, sabiendo que no sólo el consumo de paco en las villas es el consumo problemático y riesgoso. Sino que el consumo de sustancias (legales o ilegales) tiene efectos en la salud de todas las personas. Efectos de primera instancia, referidos a los cambios neurológicos y conductuales que provocan las sustancias psicoactivas; y en segunda instancia consecuencias tales como: accidentes de tránsito, violencia, violaciones, descuidos en las relaciones sexuales, etc.
Para finalizar quisiera tomar una frase del Dr. Eduardo Kalina que dice: “Drogarse es una práctica con consecuencias”, a la que le agregaría, siempre. (Kalina, 2005)
Bibliografía:
Abuse, N. N. (diciembre de 2013). DrugFacts. Obtenido de www.drugabuso.gov
Kalina, E. (2005). Adicciones. Buenos Aires: Paidos.
Notas relacionadas
Rebeldes con causahttp://www.redpsicoterapeutica.com.ar/index.php/seminario-rebeldes-con-causa/