¿Cómo nos llevamos con nosotros mismos? Escucho mi interior?
La opinión del otro interviene en mis decisiones , hasta llegar a anular mi propia voz ?
En mis elecciones , prevalece el deseo o el deber?
Muchas veces, al concluir un año, fantaseamos con proyectos a concretar en el nuevo que empezamos a transitar .
Preguntarnos acerca de la relación con uno mismo y , a partir de allí , tratar de convertirnos en nuestro mejor aliado sería una propuesta saludable.
En este monitoreo procuremos revisar esas asignaturas pendientes que , por alguna razón o excusa nunca se llevaron a cabo y verificar si se trata realmente de “un no poder” o de “un no permiso ” . Las expectativas que los otros depositan en nosotros suelen ser motivo de renunciamiento a deseos propios y de obediencia a deseos ajenos. Aquellos mandatos y mensajes viejos recibidos en etapas tempranas de nuestra historia suelen quedar fuertemente inscriptos y pasan a formar parte de la personalidad convirtiéndose en un aspecto propio que puede ser represor , permisivo , castigador o amoroso –
Animarnos a aprender a ejecutar un instrumento , asistir a un taller de pintura , literatura , baile o canto nos conectará con esa parte artística que todos poseemos generando además efectos muy benéficos para la salud tanto física como anímica . Si consideramos además que ,salvo dificultades generadas por alguna enfermedad , no existe límite de edad para el inicio de cualquier actividad o disciplina , podremos evitar ese negativo ” ya no ” con el que muy a menudo nos auto boicoteamos.
El trato hacia uno mismo también lo evaluamos al observar nuestros pensamientos para lo cual sobrevolar por encima de la cabeza y hacer como si fotografiáramos nuestro pensar es una técnica muy útil que nos permite determinar si hay predominio de ideas amenazadoras que nos culpan y encadenan o , por el contrario , lo que prevalece es el permiso y la aceptación a ser como somos , teniendo en cuenta que siempre podemos mejorar (desde el deseo y no desde la exigencia ).
Recordar que los pensamientos negativos generan malestar emocional como la angustia y la ansiedad en tanto que el optimismo y la ausencia de miedos inútiles nos confortan y alivian. En cuanto a los temores será importante diferenciar si son irracionales y heredados o propios y sabios.
Animarnos a expresar ese genuino “te quiero “ tan terapéutico tanto para el que lo expresa como para quien lo recibe , es una manera de soltarnos y confiar en nuestro sentir y en las personas que amamos. Toda manifestación afectiva ya sea verbal o gestual profundiza y re alimenta los vínculos.
La capacidad de establecer límites es otro ítem a tener en cuenta a la hora de evaluar el trato hacia sí mismos . Un “no” coherente con lo que sentimos es indicador de auto cuidado . El “sí fácil “ suele “ enmascarar deficits de autoestima con la concomitante necesidad de aprobación y reconocimiento . Decidirnos a vaciar y soltar esa mochila cargada de cuestiones ajenas y animarnos a un “no” firme y respetuoso también nos posibilitará discriminar entre vínculos caracterizados por la especulación y la necesidad de recibir , y aquellos basados en el afecto y la aceptación del otro con sus debilidades y fortalezas .
El ponernos en contacto con nuestras ganas , es , en primer lugar un entrenamiento- Aquellos que no han aprendido a mirar para adentro , tienen dificultad para descubrir su sentir.
En el otro extremo del deber , pasando por una amplia gama de grises , están las personas que sólo se rigen por lo que desean , sin tener en cuenta al otro , la ley y las buenas costumbres , es una “tipología “que parece abundar en los tiempos que corren.
Sabemos que en la vida hay infinidad de deberes y obligaciones , roles y funciones que tenemos que ejercer y hacernos cargo.
Lo ideal sería aprender a escuchar nuestras voces provenientes de una clara conexión entre ambos aspectos (deseo y deber) para poder interactuar de la manera más armónica con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea , tratando de ahuyentar el enemigo interior y convertirnos en nuestro mejor amigo-