Conceptos que explican la relación entre el estrés, la ansiedad, el malestar y las dolencias físicas. Qué nos lleva a entrar en crisis
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Conceptos que explican la relación entre el estrés, la ansiedad, el malestar y las dolencias físicas. Qué nos lleva a entrar en crisis
Resulta interesante iniciar estas reflexiones con una cita del filósofo francés Gilles Deleuze: “No es que el cuerpo piense, sino que obstinado, terco, él fuerza a pensar, y fuerza a pensar lo que se escapa al pensamiento: la vida”. En las conversaciones de las personas acerca de sus padecimientos físicos, aparecen con más frecuencia explicaciones que hacen referencia a un reconocimiento de la importancia de los factores emocionales en el desencadenamiento o exacerbación de la enfermedades orgánicas y sus consecuencias psicológicas.
Así alguien puede asociar la ansiedad por los exámenes a alteraciones digestivas o el tan remanido estrés con bajas defensas que conlleva a contraer enfermedades, o el duelo por un ser significativo a la aparición de una enfermedad grave como el cáncer.
Desde la noción freudiana de neurosis actuales en adelante tanto la psicología como el psicoanálisis trataron de determinar la importancia de estos factores surgiendo la psicosomática para dar cuenta de esta área interdisciplinaria.
El surgimiento de PNEI ( Psiconeuroinmunoendcrinologia, rama de la medicina que tiene por objeto el estudio de las interrelaciones entre los sistemas de control que provee el organismo humano: el psicológico, el neurológico, el endocrinológico y el inmunológico) expresa también el esfuerzo de considerar la incidencia de los aprendizajes emocionales en las reacciones somáticas de la conducta humana.
Desde las disciplinas psicológicas surgieron distintas corrientes explicativas acerca de por qué enfermamos. Las más deterministas pusieron el énfasis en los factores internos o endógenos. Otras realzaron los factores externos o exógenos, excluyendo la subjetividad, la emocionalidad de cada persona. Ambas sustentadas en una concepción dualista de la enfermedad, polarizando cuerpo-mente.
Desde una perspectiva de complejidad, pensando al ser humano como una unidad indivisible, el doctor Rubén Zuckerfeld desarrolla el concepto de vulnerabilidad, que significa que para cada caso existen diferentes proporciones de factores endógenos o exógenos en determinados momentos, dejando de lado el determinismo pesimista y la ingenuidad de lo azaroso.
Este concepto incluye ciertas variables que actúan entre sí influyéndose y potenciándose, a saber: sucesos traumáticos, red vincular, calidad de vida, todos ellos con un potencial inespecífico, y factores genéticos biológicos con un potencial específico.Zuckerfeld considera que esta noción es una herramienta interesante ya que permite articular un sinnúmero de datos para la comprensión de cualquier cuadro clínico.
De las variables descriptas es destacable la importancia de la red vincular. Los vínculos contenedores o no entre las personas y la pertenencia a una red social son factores que aumentan o disminuyen la eficacia traumática de los sucesos de la vida.
Crisis. ¿Por qué entonces un sujeto desarrolla síntomas somáticos? El doctor Ernesto Liendo desde su Modelo Dinámico Proactivo nos responde que cuando un sujeto enfrenta un problema que no puede resolver con los recursos con los que habitualmente los enfrenta, produce una crisis de incompetencia.
Los recursos con los que contamos provienen del aprendizaje que hemos realizado de niños en nuestro ambiente originario, nuestras familias: “Vivir una infancia dichosa o miserable, depende de los dioses que rodean nuestras cunas, de la primera mano y con este bagaje habremos de negociar nuestra existencia”, dice el doctor Carlos Soria.De este aprendizaje se desprende el grado de flexibilidad o rigidez con el que encararemos nuestras vidas y los problemas que nos va planteando así como el modo de elaborar nuestras crisis.
Si nuestro bagaje es amplio y flexible en recursos de todo tipo, ya sean intelectuales, emocionales e instrumentales, aprenderemos de los avatares de la vida y saldremos fortalecidos (resiliencia).
Contrariamente, si es rígido, estereotipado y con escasos recursos la capacidad de elaborar determinadas situaciones se minimiza, la ansiedad aumenta, acarreando el peligro de enfermar.
Los motivos que nos hacen vulnerables
La vulnerabilidad está planteada como una disposición a enfermar aludiendo a un modo de funcionamiento deficitario que deriva en modos insolventes de resolución de los problemas. Puede darse en sujetos médicamente sanos o enfermos de cualquier patología, influyendo en su pronóstico la emocionalidad intrínseca en ellos.
Los vulnerables asintomáticos son aquellos que no padecen una enfermedad médica, pero presentan factores que se describen como de riesgo.
Los vulnerables sintomáticos son sujetos que pueden considerarse enfermos ya que presentan síntomas que configuran un diagnóstico médico y componentes subjetivos que se refieren al significado individual y social de esa enfermedad.
Dentro de estos últimos, según su complejidad, describimos diferentes síndromes somáticos:
1 Manifestaciones emocionales (taquipneas, sofocos).
2 Trastornos funcionales (respuestas ya elaboradas del organismo asociadas a emociones que reprimidas buscan expresarse).
3 Lesiones orgánicas por exceso o carencia de reacción fisiológica que se produce siempre en el mismo sentido.
Los sujetos agrupados en 1 y 2, son los pacientes que generalmente consultan, se diagnostican y tratan por consultorio externo. Los agrupados en 3 son aquellos que en muchas ocasiones requieren un abordaje de mayor complejidad, incluyendo frecuentemente intervenciones quirúrgicas e internaciones.
La enfermedad instalada afecta no solo a la persona que la padece sino también a su grupo familiar, y más ampliamente, a todas aquellas personas incluidas en la red social a la que pertenezca (amigos, trabajo). Estos motivos justifican un abordaje multidimensional de la problemática de la enfermedad somática.