En el día de la musicoterapia, hicimos una compilación de sensaciones y definiciones sobre esta disciplina, elaborada por los pacientes del Centro de Día. La propuesta estuvo a cargo de la musicoterapeuta Sabina Jordán y a continuación les compartimos un compilado de lo escrito por quienes asisten cada semana a su taller en la Red:
La musicoterapia dentro de mi proceso terapéutico es aún un aprender, redescubrir y transitar mis emociones a través de una canción, un instrumento o simplemente en silencio.
Es el espacio en donde me estoy permitiendo jugar y romper estructuras a través de la improvisación con instrumentos que tanto odio y a la que más resistencia le pongo, fue un largo proceso hasta que pude cerrar los ojos y sólo pensar en lo que estaba tocando o escuchando. Todavía me queda mucho por flexibilizar, pero este proceso con la musicoterapia me hizo dar cuenta que siendo flexible también puedo atravesar mis emociones de la manera más coherente posible.
Gracias Sabina por acompañarme en ésta tortura hermosa jaja
Te quiero ❤️
“El alfabeto más básico se compone de un signo y un espacio. El lenguaje de mt fue un sonido (variable como mi estado de ánimo) y el silencio. Ambos con igual importancia. Creo que si tengo que decir algo de mt en mí proceso es que no te eché 😂😂 Vos te pusiste creativa, yo me puse más flexible. Pero quería remarcar eso, uno asocia musicoterapia con sonidos de algún tipo, y en mí caso fueron muy importantes los silencios, que bien sabes que también dicen mucho. A veces más que las palabras”.
“La música nació con el hombre, en consecuencia, lo acompaña desde siempre y para siempre. Se convierte en imprescindible su presencia y compañía en todas sus formas y matices. En manos de personas que lo hagan profesionalmente, con amor y con pasión, se ven los resultados”
“Es útil para poder sentirme libre y escucharme en cada ritmo y sonido”
“Siempre llego tensa y me voy muy bien”.
“Me ayuda a favorecer la paciencia y la tolerancia. A ver la música desde otra perspectiva. A interactuar con los instrumentos y expresarme desde el sonido.
Ayuda a la memoria, la coordinación y la escucha. Como un cable a tierra”.
La experiencia en musicoterapia fue tan hermosa como sanadora. La música como canal para expresarse y retroalimentarse a nivel sensorial sirvió para desligarse un poco de la palabra y pasar a otro plano terapéutico. Estando tan acostumbrada a hacer terapia desde la palabra. Encontrarme con que con los sonidos, los instrumentos la improvisación, la escucha activa también se podía lograr un efecto terapéutico fue de lindo a súper interesante. No solo hablar ayuda. Existen otros métodos en los que no necesitamos el discurso hablado. Yo pensé que iba a vivir compartiendo canciones y los momentos más ricos fueron en los que jugamos con instrumentos y nos libramos a la improvisación. Liberar sonido que diga miedo, o ira o bronca o tristeza. Y hablar desde ahí. Termino generando un recurso más e igual de válido que el de la palabra.
El paso por ese taller me dejó muchísimos recursos que aún uso. Desde música de fondo para dormir y no tener miedo a hacer batería con una mesa mientras espero en un lugar para calmar la ansiedad, etc.