Investigadores locales las encontraron cuando digitalizaban el archivo del psicoanalista pionero Angel Garma. Están escritas en una grafía especial de puño y letra del padre de la psicología.
Según explicó Cottone, de las traducciones se puede inferir que dos de las cartas, las más breves, son respuestas a consultas espontáneas de personas que preguntaban acerca de algún síntoma puntual. La tercera, más extensa, puede haber sido la contestación a correspondencia de un ex paciente que describe cómo siguió su vida luego de terminar la terapia y Freud le hace una devolución.
Le plantea a ese ex paciente varias cosas, entre ellas que no abuse de las aguas termales y respecto de la relación que sostiene esa persona con una mujer.
Podemos nosotros también inferir:
-El psicólogo puede funcionar como asesor a consultas espontáneas
-Puede contestar mails y hacer seguimientos de ex pacientes.
-Debe hacer devoluciones.
-Puede hacer prescripciones y proscripciones.
-Y lo que es sorprendente, el psicólogo puede hablar.