La autoestima se construye en el vínculo con los otros.
Es necesario que el bebe tenga al menos un cuidador que le brinde seguridad emocional, a quien pueda apegarse
afectivamente. Un apego seguro genera una autoestima equilibrada y promueve menos ansiedad y mejores relaciones con
los otros.
Bowlby, un estudioso de los primeros vínculos, sostiene que la baja autoestima suele resultar de alguna de estas situaciones:
Cuando el niño jamás formo una relación segura y satisfactoria con los adultos.
Cuando le transmitieron cuan pocas cualidades tenía para ser amado y valorado
Cuando el niño padeció una pérdida importante sin un sustituto adecuado.
Estas vivencias generan sistemas de creencias que distorsionan el modo como procesa la experiencia en la vida adulta.
Si bien la autoestima sienta sus bases en la infancia, no es inalterable en otras etapas de la vida, siguen fluctuando, necesita ser alimentada en grados diversos, según la personalidad desde el exterior.
Podemos pensar entonces dos vías diferentes para entender la dinámica de la autoestima.
Una vía interna, que tiene que ver con la aceptación incondicional de los otros significativos en los primeros tiempos de nuestra vida, tan necesarias para construir una personalidad sana, que nos permite auto-conceptuarnos como valiosos y merecedores de amor y felicidad.
Esta vía interna luego se complejiza a medida que crecemos y vamos incorporando ideales y sus contrarios. Ejemplo: inteligente, ideal, tonto, contrario de la idea.
Aparece una instancia psíquica, el superyo, que es encargada “medir” nuestro yo con nuestros ideales y nuestros contrarios de ideales.
Depende del resultado de esa medición la evaluación de nuestra autoestima.
Y una vía externa, dado que somos seres de esencia social los valores que circulan en nuestro medio, transmitidos o sustentados por las personas cercanas afectivamente o los otros a quienes les otorgamos poder o saber. Ejemplo: quien determina quién es exitoso o no, etc. Influyen en la evaluación que hacemos de nosotros mismos y que se transfieren a nuestra autoestima. Es decir, tenemos un aspecto interno, individual; y un aspecto externo, social que están en una interacción permanente y que generan la fluctuación de nuestra autoestima.
Considero oportuno mencionar un autor llamado Kohut que plantea 4 puntos indispensables para fortalecer nuestra autoestima.
Empatía: habilidad que permite entender a los demás. Si podemos comprender porque las personas son como son o hacen lo que hacen, el impacto que su conducta tendrá en nosotros, será menor. Ejemplo: si entendemos que nuestro padre no es afectivo porque en su crianza eso no le fue transmitido, no sufriremos tanto su distancia emocional
Creatividad: capacidad de incorporar acciones novedosas para resolver problemas lo cual nos permite sentirnos capaces y útiles y no quedar anclados en la queja. También es importante dar espacio en muestras vidas a tareas de las cuales disfrutemos con deleite. Ejemplo: creaciones artísticas danza y recreación
Humor: si vemos la realidad con chispas de humor, muchas veces lo trágico se puede convertir en tragicómico y permite que lo elaboremos y superemos con más facilidad.
Sabiduría: aprendiendo de nuestras experiencias podremos mantener la autoestima pese a reconocer las limitaciones, las cuales deberemos contemplar con tolerancia y serenidad.
Es muy importante poder tener recursos para reflexionar sobre nuestra autoestima y de la autoestima de quienes nos rodean, para que nuestra calidad de vida sea cada vez mejor
Imagen: updo with ribbon