Con motivo de la muestra de Picasso en Rosario descubrí los fisiogramas. Es un registro fotográfico de la trayectoria de una fuente luminosa en movimiento con la cámara en un punto fijo.
El fotógrafo Gjon Mili visitó a Picasso en 1949. Le enseñó fotos que había realizado a patinadores sobre hielo con pequeñas luces colocadas en sus patines mientras saltaban en la oscuridad y le propuso el experimento. El efecto que lograba se conoce como Light Painting, dibujar con la luz. Lo interesante de la técnica es que para producirse el trazo, quién lo realiza, debe estar en la total oscuridad.
Al observar los fisiogramas de Picasso, me sorprendió, ver líneas puras, firmes, y su inconfundible sello a pesar de estar en las sombras.
Jugué entonces con una metáfora sobre la semejanza entre “Light Painting” y Psicoterapia. Cuántas veces nos movemos en las penumbras y vicisitudes de un relato sostenidos por nuestra técnica, trazo firme en la oscuridad que permite develar o iluminar áreas más saludables.
¿Podríamos pensar el trabajo fugaz y perdurable del arte en nuestra tarea que nos permite también el sello personal en las intervenciones? Lo cierto es que cada psicoterapia pone al encuentro un trabajo que transcurre del desconocimiento al conocimiento, de la oscuridad a la luz, transformaciones ya reflejadas en la alegoría de las cavernas.
Por eso, en este mes que se festejan el día dela Salud Mental y del Psicólogo un reconocimiento a todos los PSI y profesionales vinculados ala Salud que son parte de Red Psicoterapéutica, artesanos de la luz en las sombras.