Por Nelly Scolich
Estoy en una relación, nos estamos conociendo, viendo, son frases comunes tanto en una conversación en un bar como en las redes. Me pregunto si es una relación establecida con otro/a/e, o consigo mismo en ese espejamiento que supone muchas veces el inicio de una relación que no va en camino de amistad.
El encuentro con otro (voy a usar el neutro pocas veces) no es algo que venga fácil, sin amagues, ambigüedades, para muchos lo será y lo ha sido, grandes amores duraderos pero vale aquí como dice el dicho “no te prometí que las rosas no tuvieran espinas”.
La pareja es un ámbito de lo más complejo y las motivaciones para estar en pareja son variadas
Comencemos por el inicio de una relación y voy a generalizar a sabiendas de las singularidades que cada encuentro humano conlleva. Sobrevuela la idea ilusionaría de completud a través del amor, del otro, los primeros tiempos de esos encuentros (que varían en temporalidad) quién es nuestro partenaire se aparece como casi sin fisuras, que tiene todo lo que nos gusta o casi.
Eso que nos impacta, nos atrae en un primer momento puede ser el inicio en la construcción de lo llamado amor. Son momentos hermosos.
Digo que puede ser el inicio ya que aquello que nos atrajo no siempre continúa siéndolo, saliendo del encantamiento la otra persona puede desencantar. Algo sucederá que romperá esos momentos ilusorios
Si puede superarse el encontrar las fisuras del ser querido, el vislumbrar esas cosas que no gustan, las diferencias que separan, sus puntos negros pero en la balanza de lo emocional tiene más peso lo agradable, lo mutuamente brindado, ese ser diferente pero no tanto como para incorporarlo, y se tolera el desasosiego que produce alejamiento y la intolerancia no es lo que prima, los peldaños en la construcción de eso llamado amor se van ascendiendo.
El amor, la forma de amar va cambiando con el tiempo y disculpen esta obviedad, a veces se olvida que las cosas cambian con el devenir. Hay algunos ingredientes que podemos nombrar y que engloban a otros: intimidad, pasión, compromiso
En la intimidad se halla el acercamiento, conexión, búsqueda de bienestar juntos, respeto, legitimación, reconocimiento de necesidades mutuas ( no siempre se puede todo esto …no nos desilusionemos) Como se expone, la intimidad no tiene que ver sólo con lo sexual, si se desea conocer a la otra persona no se puede jugar a las escondidas, exponerse, darse a conocer, no andar midiendo es un conductor a la intimidad. Y para que funcione hay que darse el espacio que cada uno necesita, balance entre intimidad y autonomía.
La pasión: “estado de intenso deseo de unión con el otro y es la expresión de deseos y necesidades” .En el amor de pareja pasión e intimidad se alimentan una a otra.
Lo ilusorio de un amor en pareja es detener el desplazamiento del deseo, aquí se ejerce la capacidad de elección que tenemos como personas y la responsabilidad de lo que hacemos con nuestros deseos. Valorar la intimidad, el respeto, la cantidad de situaciones vividas amorosas, las desavenencias superadas hace que el desplazamiento sea superado por la elección de estar en eso construido mancomunadamente.
El deseo de seguir recreando esa sociedad vincular, de a dos, donde la creatividad, la intensidad de intimidad, pasión, compromiso enlazados posibilitan que se generen nuevos acuerdos, acomodamientos explícitos e implícitos para hacer de la suyas en ese juego maravilloso que es el amor.