Cuando la oportunidad de observar los efectos de la retirada en psicoterapia aparece…
Resulta que hace un tiempo asistió a consulta una paciente jovencita, que luego de dos entrevistas y un contrato de trabajo acordado, concurría a las sesiones 5 minutos antes de la hora de cierre, los honorarios los abonaba. Dejé pasar el tiempo con la hipótesis de que debía instalarse un vínculo terapéutico. La esperaba, llegaba, descargaba emociones, en general bronca y se iba. Comencé a sentir impotencia de no poder pasar a una instancia de elaboración de su problemática con intervenciones operativas.
Le planteo que si durante dos meses seguidos no concurre a horario iba a dejar de trabajar con ella. No cumple y decido cerrar esa psicoterapia. Intervengo señalando como su problemática de autoexclusión la estaba llevando a cabo a modo de repetición, que no eran siempre los demás los que la dejaban de lado, que ella hacía su aporte; por su puesto en su paleoambiente si sucedía y esto se había alcanzado a trabajar.
En el proceso y espacio compartido había obtenido un logro: comenzar a estudiar fotografía para lo que tenía talento. A los meses encuentro un sobre debajo de la puerta del consultorio con fotos del barrio del consultorio con temática otoñal, intervenidas con photoshop, bellísimas!!!. La llamo por teléfono para agradecer y apreciar su producción artístico-técnica. Además, le paso un dato: de unas exposiciones y muestras en la ciudad y que me avise cuando se presente para ir.
Me pregunto: ¿ esa sesión y esa llamada no fueron “ actos terapéuticos”?. A veces nuestra profesión nos sorprende…
Pensé en el Dr. Liendo: material deficitario dramático. Retirada: acción de dejar un mensaje y explicar porqué uno no va a trabajar más con dicho paciente.