Termine el secundario: ¿Y ahora qué estudio?
“No se que carrera seguir”, “estoy aquí para asegurarme de no equivocarme”, “Vengo para que me hagan el test”, “No encuentro nada que me guste”, “Quiero llegar a ser alguien”, etc. Son algunos de los interrogantes con los que no encontramos en las primeras entrevistas de orientación vocacional.
Los adolescentes expresan mucha incertidumbre frente “al mundo adulto”, sensación comprensible debido a que la incertidumbre se despierta frente a lo nuevo, cuando algo no se conoce y no se tienen “certezas”. Los consultantes frente a sus interrogantes llegan buscando la Orientación Vocacional que le permita encontrarse con dichas certezas. El trabajo del Orientador será a la inversa invitar al joven a que se interrogue, a que reflexione acerca de él mismo y de sus gustos, a que se anime a atravesar el camino de lo no seguro para encontrar su propio horizonte.
En este punto es importante explicarles a los adolescentes y a sus padres que nadie mejor que ellos mismos para elegir su carrera. El rol del orientador vocacional no será el de encontrar aquello que está oculto en el joven y que es su vocación, sino el de acompañarlo a transitar un camino en el que el joven pueda interrogarse sobre los aspectos que conciernen a la elección, ayudándolo en la construcción de su proyecto personal.
Abordaremos dos ejes en la tarea de la Orientación vocacional:
El trabajo que proponemos a través de “caminos” programa de Orientación vocacional de Red Psicoterapéutica consiste en que el joven a través de un proceso logre identificar aquello que le gusta estableciendo un enlace entre su mundo interno y el externo; entre aquello que desea y lo que le ofrece el “mundo profesional-ocupacional”.
La focalización, operatividad y eficacia de la intervención estarán centradas en acompañar al adolescente es su elección, mediante el conocimiento de sí mismo, la realidad ocupacional y su posibilidad de insertarse en la sociedad.
Muchos jóvenes suelen vivir esto como una perdida de “tiempo” “no vengo acá para hablar sino para decidir que estudiar”, es importante aclararles que tomarse un “tiempo” para realizar una elección pensada y reflexiva es una buena manera de no perder “tiempo”.i bien podemos hablar de interrogantes comunes a la hora de la consulta, para cada joven esta decisión es única ya que va a estar íntimamente ligada a su historia personal y familiar, motivo por el cuál las técnicas que se utilicen dentro del proceso serán acordes a las necesidades del consultante.
El espacio de orientación vocacional permitirá crear proyectos e imaginar nuevos contextos, en el que se abrirán posibilidades nuevas para pensar una futura elección. De este modo surgen nuevas perspectivas y más amplias para visualizar y resolver el problema de elegir una carrera. Proyectarse en el mundo adulto es una situación aliviadora de tensión para el adolescente que le permite comenzar a realizar su propio camino.